viernes, 23 de noviembre de 2012

El Neolíco en la Sierra de Segura

En este período se sofistican los instrumentos de caza, redes, lazos, azagayas y propulsores para flechas con punta de sílex. Los utensilios en piedra de este periodo son de una gran variedad y muy especializados (leznas, raspadores, grabadores) fabricados principalmente sobre hojas y láminas (esto es, lascas largas, estrechas, delgadas y con filos paralelos, extraídas probablemente de un nódulo golpeado con un punzón y percutor, más que de forma directa con un martillo).




La Sierra de Segura presenta una características muy interesantes, porque facilita la construcción de cuevas a una altura suficiente como para estar a salvo de posibles ataques tanto de animales salvajes como de otros grupos humanos invasores. La Cueva del Nacimiento, en Pontones, ha sido utilizada en diferentes épocas desde finales del Paleolítico hasta el Neolítico Final. Se puede diferenciar cada período por los restos de herramientas de diferentes materiales y formas en que están fabricadas, así como los restos de animales que se encuentran en ella. Las dataciones pueden ser de 4.380 años, la más antigua, o de 3.450. En el Neolítico Final hay restos de cerámica lisa en la que predomina la fauna doméstica sobre la salvaje, y puede ser que estemos ya en el año 2.040 a.C. También en Pontones se encuentra la cueva llamada "Cañada de la Cruz" de unos 25 m2 por 5 de altura.

En ella se encuentran pinturas rupestres que representan formas humanas en posición de lucha y escenas de caza, además de signos esquemáticos de difícil interpretación. ¿A qué se dedica el hombre en estos años? Como se puede deducir de los restos encontrados, primero, a la caza de animales salvajes y a la domesticación después. Para poder cazar y preparar la carne y todos sus derivados: pieles, huesos, etc., ellos mismos tenían que fabricarse sus propias herramientas.
Además es un terreno propicio para la caza y el pastoreo, más que para la agricultura. Aquí se criaban cabras y cerdos con la rica bellota de los inmensos bosques de encinas, con la que también fabricaban harina. Las poblaciones crecían al aire libre en las cercanías de los ríos. En la Sierra de Segura se han encontrado muchos restos de esta época: un cráneo trepanado y cerámica en los enterramientos del Cerro de la Coja, en Orcera o un cementerio excavado en una cueva artificial en Hornos, fechada hacia el 4.830 a. C. Los yacimientos de Atalaya y Cerro del Utrero corresponden a la cultura de El Argar. En la Atalaya, ocupada a través de los siglos, existen manifestaciones de piedras talladas y pulidas, así como enterramientos en tinajas y representaciones de la Diosa de los Ojos. Existen también monumentos megalíticos como el dolmen que llaman Piedra de la Virgen. Los dólmenes eran enterramientos colectivos, compuestos de una cámara central precedida de un corredor adintelado y todo sepultado bajo un túmulo artificial. Este tipo de construcciones eran costosas y aunque su motivo era religioso parece querer demostrar cierto poder económico por parte del constructor. La Peña Hincada, un antiguo mehnir; la Piedra del Sombrero, y otro dolmen en la cueva del Engarbo, en Santiago de la Espada. Los tres monumentos marcan la dirección este-oeste. Datada sobre el III milenio a.C, La Cueva de la Diosa Madre del Poyo de los Letreros en Parolís, término de Segura de la Sierra, es un paredón inaccesible, excavado a 950 metros de altura, donde aparecieron pinturas rupestres en rojo: una serie de ídolos con ojos de pequeño tamaño, del mismo tipo que se han encontrado en Persia y Mesopotamia, que tienen sin duda carácter religioso.


 Otros yacimientos son la Cueva de los Caballos en Torres de Albanchez y en Benatae la Cueva del Águila en el Cortijo de los Lagartos, sobre el río Guadalimar, de donde proceden algunos microlitos, pequeñas piezas de sílex que son frecuentes en la etapa Mesolítica (período entre la última glaciación y el Neolítico).


 En el Neolítico se produjo la aparición de los primeros poblados con casas edificadas con diferentes materiales: adobe en el Oriente Próximo y grandes troncos de madera en Europa central y occidental. Las razas de estas épocas Neolítica y Eneolítica pertenecían al núcleo ibérico, aunque con las emigraciones célticas se produce cierto mestizaje sobre la población de la Sierra de Segura. Estas razas se dedicaron durante mucho tiempo a la caza y a la ganadería y a la fabricación de herramientas de utillaje y de caza, que con el tiempo y el descubrimiento fortuito de la metalurgia se convertirán en armas de defensa y ataque contra otros hombres. Y con las armas la vida se complicó. Algunos sectores dominantes se harán con la mayor parte de los yacimientos y medios de producción y someterán a los débiles, creando un sistema de clientelismo entre pobres y ricos que ha llegado hasta nuestros días.







En la Cueva del Nacimiento en Fuente Segura (Pontones) se ha documentado, con fechas absolutas, la ocupación humana más antigua en la provincia. En el 9250 antes de Cristo existió en este lugar una comunidad de parentesco que vivían de la caza del ciervo, el rebeco, la cabra montés, el corzo y el jabalí. A esta primera fase de ocupación de la Cueva se superpone otra en el Neolítico, que por el material cerámico e industria lítica, se ha fechado a mediados del VI milenio a C. A una fase posterior pertenece el abrigo de "Río Frío", que alberga un sepulcro colectivo que se ha datado entre finales del III milenio y II a C CUEVA DE LA CAÑADA DE LA CRUZ , EN PONTONES
















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Antropomorfo femenino











  • A unos 300 m al sur del Nacimiento del Río Segura
  • Formando parte de una serie encadenada de covachas
  • En un lugar próximo al camino que asciende por la Cañada de la Cruz.
  • Orientado al S-SO
  • De 5,35 m de ancho por 5 m alto y 4,2 m de profundidad.
  • Una figura femenina, de color castaño rojizo oscuro y aislada del resto, con cabeza discoidal; tórax trianguliforme; cintura muy estrecha y alargada con una inflexión hacia delante; brazos rígidos hacia abajo con un estrechamiento a la altura de la muñeca y con una ligera indicación del codo y las manos. Es significativa la falda acampanada, de la que sobresalen las extremidades inferiores, más musculosas que los brazos, una de ellas casi desaparecida y la otra con indicación del pie y de los dedos.
  • A la derecha de la figura anterior se aprecia una escena de caza, de color castaño rojizo oscuro, compuesta por dos ciervos en en actitud de movimiento y varios arqueros esperandoles
  • Del ciervo primero se conserva la cabeza, el tronco, la cuerna en perspectiva torcida y las extremidades rígidas (las delanteras casi perdidas) y, delante del ciervo
  • Del segundo ciervo quedan las extremidades delanteras parte de la cabeza con sus cuernas y una parte del trasero, el resto se ha perdido por el desprendimiento de una laja de roca de la pared
  • El arquero principal sostiene los restos de un arco con sus dos brazos y posee indicación de la melena, un haz de flechas a su espalda a la altura de la cintura, las dos piernas, un pie y tal vez el falo o adorno.
  • Hay dos aqueros inferiores más esquemáticos con sus arcos listos para disparar
  • Y otro arquero sobre el principal con sus flechas detrás de él a la altura de su pie y con su arco listo para disparar
  • Sobre este arquero hay lo que se asemeja a las cuernas de otro ciervo con varios trazos sin definir, posiblemente los ciervos abatidos.
  • A la izquierda y sobre la anterior se observa una escena de lucha, de color castaño rojizo oscuro, constituida por varios antropomorfos formando una mezcolanza de líneas de difícil interpretación, en la que se pueden ver, al menos, cuatro figuras humanas con un aspecto similar al de los antropomorfos esquemáticos en cuanto a la disposición del tronco y de las extremidades, pero con algunos detalles anatómicos como la cabeza y una escueta indicación de algún dedo de los pies. El antropomorfo central parece estar enzarzado en una lucha con el resto de las figuras, sosteniendo y elevando con sus brazos a dos de ellas, una a cada lado, mientras que otra figura aparece ya abatida junto a los restos de otra más indefinida.
  • Dos ramiformes en la pared derecha
  • Varias figuras indefinidas de color rojo




CERRO DE LA COJA , EN ORCERA Se trata de un conjunto de 37 silos subterráneos, usados como molinos, almacenes... En ellos se han hallado restos de trigo y animales, así como utensilios tales como cuchillos, puntas de flecha y recipientes.
Recientemente han sido halladas en la localidad de Orcera, en el Cerro de La Coja, 37 silos o fosas excavadas en la piedra que tenían distintas utilidades, como molinos, habitáculos o almacenes de piedra para construir. Se han descubierto también semillas de trigo, restos de animales domésticos, cuatro recipientes completos, dos puntas de flecha y varios cuchillos. Todo esto parece indicar, a la espera de pruebas del equipo investigador, que en la zona hubo un asentamiento de finales de la Edad del Cobre, hacia el año 2.000 a.C., cuyos habitantes vivían del cultivo del trigo y del pastoreo de ovejas y cabras y habitaban en estructuras hechas con piedra, postes de madera y pieles.


 CUEVA DE LOS CABALLOS EN TORRES DE ALBANCHEZ
ADR SIERRA DE SEGURA. Arte e Historia.

viernes, 9 de noviembre de 2012

ESTUPENDA VISTA DESDE EL iNTERIOR DE LA  TORRE DEL HOMANAJE  DE TORRES DE ALBANCHEZ


TORRES DE ALBANCHEZ


 Torre del Homenaje

( en su interior y vistas desde su cima)
  En el centro del pueblo, junto a la iglesia y el ayuntamiento, se conserva una imponente Torre del Homenaje. Cuadrada, de casi doce metros de lado, está construida con mampostería careada en pequeñas hiladas y con las esquinas reforzadas por piezas de sillería dispuestas a soga y tizón, como era habitual en las construcciones militares de la Encomienda de Santiago en la primera mitad del siglo XIV. El recinto exterior, integrado por muralla y cuatro cubos macizos que protegen las esquinas, es un añadido del siglo XV pensando ya en las reformas que imponía el reciente perfeccionamiento de la artillería. Interiormente su piedra está más cuidada y se estructura en tres pisos: en el más bajo hay un aljibe y en los superiores su planta se divide, mediante un muro central, en dos mitades cubiertas por bóvedas de cañón apuntadas y muy rebajadas. Se asciende a los sucesivos pisos a través de una escalera interior que va rodeando la torre. Es posible que tuviera una tercera planta de la que tan sólo se conservan algunos indicios. Esta torre del homenaje del antiguo castillo fue declarada Bien de Interés Cultural en 1985.














viernes, 2 de noviembre de 2012

Historia de la Sierra de Segura

http://www.cazorlaseguraylasvillas.com/index.php?option=com_docman&task=doc_view&gid=63&Itemid=238

Paleolítico de la Sierra de Segura

Los restos arqueológicos más antiguos de la Sierra de Segura se encuentran en las terrazas del Guadalimar, un extenso hábitat al aire libre, cerca del Puente Mocho en Beas de Segura, del Paleolítico Inferior. Este lugar era paso de grandes mamíferos, como el ciervo y el caballo, poseía grandes recursos pesqueros y abundante materia prima para la fabricación de herramientas de piedra tallada, destacando cantos rodados y guijarros trabajados en cuarcita que se utilizaban como herramientas para cazar, desgajar carne o curtir las pieles.Se han encontrado también pinturas rupestres y existen vestigios de un campamento anterior a los neandertales y un taller al aire libre donde trabajaban el sílex.


Puente Mocho , Beas de Segura

Yacimiento Arqueológico Terrazas del Guadalimar : Puente Mocho La ocupación humana del entorno de lo que hoy es Beas de Segura es muy antigua. Los primeros testimonios humanos de la Sierra de Segura aparecen en este yacimiento, en el paraje de Puente Mocho, nombre que se designa a un extenso hábitat al aire libre junto a las terrazas del río Guadalimar. Se hallan materiales del Paleolítico Inferior y Medio de los albores de la última glaciación (entre 100.000-10.000 aC).


Este lugar era paso de importantes mamíferos, tenía abundantes recursos pesqueros y abundante materia prima para la fabricación de herramientas de piedras talladas, destacando cantos rodados y guijarros trabajados en cuarcita.
Es el yacimiento arqueológico más antiguo de la provincia de Jaén, por lo que las piezas más antiguas que se conservan en el museo arqueológico provincial, son las procedentes de este yacimiento .











 Estos restos achelenses fueron descubiertos en 1913 por Cabré y el Abad Breuil y parte de ellos se encuentran en el Museo Provincial de Jaén en la Sección de Arqueología, sala 1: Prehistoria. Del Paleolítico Medio (150.000 a 50.000 a.C.) hay vestigios en Cueva Secreta.


                Cueva Secreta, La Iruela








Cima del Castillo de Torres de Albanchez