viernes, 18 de enero de 2013

Castillo de la Yedra, Torres de Albanchez







El yacimiento está emplazado en el Cerro del Castillo,de 1.145 m. de altitud, adelantamiento de la Sierra del Picazo. al norte de la población actual de Torres de Albanchez. Domina el valle formado por el río Onsares, entre las sierras de Calderón y del Picazo.
Actualmente se observan en superficie restos de construcciones de distintas épocas, algunas excavadas parcialmente en la roca, son muros de mampostería y estructuras defensivas, así como varios aljibes. Tiene contacto visual con las fortalezas de Segura de la Sierra, Hornos, Siles y Cotiella.
Se ha documentado una ocupación alternativa del lugar. La primera fase se adscribe a la Edad del Cobre (III milenio a. de C.), datada por restos cerámicos y útiles líticos. En este momento se produce el desarrollo de la minería y la metalúrgia del cobre, lo que conlleva un incremento del número de asentamientos especializados y una potenciación de las vías de comunicación, lo que explica el emplazamiento de este yacimiento. (RÍSQUEZ CUENCA, C. 1997).


La segunda fase de ocupación corresponde al Ibérico Pleno, a finales del siglo V y el IV a. de C. y se mantiene hasta el inicio de la ocupación romana. En esta etapa se sitúa a 450 m. de altitud, tratándose de un fortín posiblemente relacionado con el oppidum del Castillo de Bujalamé. Está datada por la presencia de material cerámico decorado con motivos geométricos en rojos vinosos y de formas características de este momento. (RÍSQUEZ CUENCA, C. 1997).


Su reocupación en la Edad Media puede corresponder al asentamiento de una comunidad hispanovisigoda, que abandonaría el valle entre los siglos V y VI para buscar un lugar estratégico y fácilmente defendible. En época musulmana actuaría como castillo-refugio (hisn) para la protección de la población campesina de las aldeas (alquerías) dispersas por las vegas del valle del Guadalimar. (SALVATIERRA CUENCA, V. 1997).


El castillo de Torres controlaba además, el camino procedente del Campo de Montiel, al norte, que tras pasar por Villarrodrigo y Torres enlazaba con la Vía de Levante (ESLAVA GALÁN, J. 1983, 1989, 1999, CEREZO MORENO, F., ESLAVA GALÁN, J., 1989).


La fortaleza de Torres de Albanchez fue conquistada por Don Pelayo Pérez Correa hacia 1235. El 1 de mayo de este año fue donada por Fernando III al Maestre de la Orden de Santiago Don Pedro González, recibiendo carta de privilegio en 1270, confirmado posteriormente por Alfonso X. En estos momentos Torres de Albanchez pertenecía a la jurisdicción eclesiástica de Villarrodrigo. (OLIVARES BARRAGÁN, F., 1992).


La edificación por la Orden de Santiago de una fortificación emplazada en la falda del cerro (la torre de Torres de Albanchez) debió provocar el traslado de la antigua población a su emplazamiento actual, en la ladera sur del cerro. A este hecho, conocido en el siglo XVI gracias a la transmisión oral, aluden las Relaciones topográficas de pueblos de Felipe II de 1575. Es descrito como un núcleo ya despoblado y en ruinas y un castillo en su centro con puente levadizo, que se denominaba "Castillo de la Yedra". (VILLEGAS DÍAZ, L.R., GARCÍA SERRANO, R., 1976).

 Aunque se desconoce en que momento se produjo este traslado, la fortificación de Torres de Albanchez puede datarse en la primera mitad del siglo XIV, por lo que debió ocurrir con posterioridad a esta fecha.
El núcleo principal del señorío de la Orden de Santiago, en Jaén, estuvo en la zona nordeste de la provincia desde el S.XIII, englobando: Montizón, Chiclana de Segura, Beas de Segura, Heznavexore, Hornos, Segura de la Sierra, Orcera, Siles y Torres de Albanchez. (RODRÍGUEZ MOLINA, J., 1978).

 En 1238 hubo un pleito entre la Orden de Santiago y el Arzobispo de Toledo por la jurisdicción eclesiástica de Albadalejo, Torres, Albanchez, La Puerta y Salfaraz. En él se corrobora la existencia de iglesias y un poblamiento cristiano dirigido por ambos litigantes; el pleito se falló en favor del arzobispado de toledo. (MATALLANES MERCHÁN, J.V., 1999).

Este núcleo central del señorío se atuvo a la administración eclesiástica del arzobispado de Toledo hasta finales del S.XIII, momento en el que se incorporó a la Sede del obispado de Cartagena. En 1245 se traslada la Sede de la Encomienda desde Uclés a Segura de la Sierra. (RODRÍGUEZ MOLINA, J., 1978).

La Orden de Santiago forma una amplia red Ofensivo-defensiva a lo largo de la frontera con los Aben Hud de Murcia y Al-Ahmar de Granada, con los castillos de Segura, donaciones como Orcera y Galera, así como con las fortalezas de Torres, Hornos, Huéscar y Beas, obtenidas por cambio con el Canciller de Castilla. (MATELLANES MARCHÁN, J.V., 1999).

Aunque ya desde 1280 se observan síntomas de repoblación cristiana, los indicios se hacen más claros cuando Segura, el 20 de septiembre de 1383, otorga a Torres dehesa "por poblamiento del lugar o porque haya pobladores". De hecho, Torres fue villa antes incluso que Segura de la Sierra (unos ocho años). Aunque posteriormente pasó a ser aldea suya durante algún tiempo, Felipe II le restituyó el título de villa en 1552, separándose ya definitivamente de la jurisdicción de Segura. Uno de los comendadores pricipales de Segura de la Sierra nació en el castillo de Torres, se trata de Don Fernando Sandoval. (OLIVARES BARRAGÁN, F., 1992).( Base de datos del Patrimonio Inmueble de Andalucía)

Sitio Arqueológico de Hornos de Segura





El núcleo de población de Hornos de Segura se encuenta situado sobre un promontorio rocoso de 867 m. de altitud, en el valle formado por los ríos Trujala hacia el Norte y Hornos hacia el Sur. Hacia el Noreste las pendientes están suavizadas ya que se inician las estribaciones de las sierras de Pontones y Santiago de la Espada, mientras que hacia el Sur y el Este el desnivel es bastante acusado, elevándose el promontorio algo más de 200 metros sobre las escarpadas pendientes. El centro de este promontorio es amesetado, a excepción de una pequeña elevación en la que se ubican los restos arquitectónicos del castillo.

El enclave de la actual población de Hornos de Segura fue estudiado en 1974 por J. Maluquer. Este estudio documentó una continuidad en la ocupación desde el III milenio a. de C. hasta mediados del II a. de C. Se trataba de un poblado en altura adscrito culturalmente a la Edad del Cobre y del Bronce.

 Maluquer distingue cuatro etapas en este período de ocupación.
Califica a las dos primeras (Hornos I y II) de fundación. A ellas pertenece una edificación groseramente circular de unos 6 ó 7 m. de diámetro. En esta cabaña se documentaron varios hogares de Hornos II que Maluquer consideró producto de sucesivos desplazamientos, pero que pudieron ser contemporáneos como se ha comprobado en Cazalilla o Marroquies Bajos, lo que indicaría un espacio compartido por varias familias. En cuanto a la cultura material hallada en la excavación, destacan instrumentos pequeños realizados en sílex y punzones de hueso. La vajilla revela una fuerte tradición neolítica diferenciándose de la realizada por los habitantes de la Campiña. Son cerámicas lisas o decoradas con acanaladuras, puntillado, incisiones formando líneas paralelas y digitaciones.

La tercera etapa (Hornos III) corresponde a un momento avanzado de la Edad del Cobre. En ella se mantiene la cultura material de tradición neolítica descrita, pero se documentan dos elementos nuevos: instrumentos de metal (punzón de cobre) y material cerámico decorado al estilo inciso campaniforme. (RUÍZ RODRÍGUEZ, A. 1997).
La última etapa (Hornos IV) corresponde a la Edad del Bronce con características de la Cultura del Argar, en auge en la zona de Almería durante la mitad del II milenio a. de C. Se caracteriza por una cerámica lisa y con la superficie exterior bruñida. En esta etapa se observa la continuidad de una población que, sin embargo, ha sufrido una aculturación. Probablemente en este momento se han sustituido ya las cabañas circulares compartidas por estructuras rectangulares unifamiliares, sustitución contemporánea a la ocurrida en Peñalosa (Baños de la Encina) o Iznatoraf, pero no ha podido ser documentada en Hornos. Esta hipótesis se ve reforzada por la existencia de sepulturas bajo las viviendas de dos tipos: cistas de piedra y el pithoi (recipiente cerámico de gran tamaño). Tras esta fase se abandona el asentamiento, sin que se halla podido documentar una posible ocupación del lugar hasta la Edad Media. (RUÍZ RODRÍGUEZ, A. 1997).
Hornos está claramente reflejado en las fuentes árabes, en las que se denomina "Hisn Fornus". En esta época debió tratarse de una aldea defendida por la inaccesibilidad de su enclave y un recinto murado que pudo contar con otra defensa en su zona más elevada. Algunos tramos del recinto antíguo pueden observarse hoy entremezclados con las edificaciones de la población (SALVATIERRA CUENCA, V. 1997, CASTILLO ARMENTEROS, J.L.... et al. 1997).
El castillo actual debió ser construido por la Orden de Santiago, tras su conquista, en el S. XIII. Es muy posible que se limitaran a reutilizar parte de las estructuras existentes y a edificar un alcázar en la zona más elevada del cerro (SALVATIERRA CUENCA, V. 1997).
El castillo de Hornos controlaba, desde su inmejorable posición, uno de los caminos históricos que transcurría entre las sierras de Cazorla y Segura, el llamado Collado de los Almendros de Cazorla, paralelo al curso del rio Guadalquivir. Dicho camino se bifurcaba al norte de Bujaraiza (Hornos), siendo el ramal que se dirigía al noroeste remontando el rio Hornos el que guardaba la fortaleza que nos ocupa (ESLAVA GALÁN,J. 1989,1999).
La localidad fue conquistada por Don Pedro Pérez Pelayo Correa, maestre de la Orden de Santiago, en 1239, tras lo que quedó adscrita a la Encomienda de Segura de la Sierra. Dependía de la chancillería de Granada y del obispado de Cartagena. Fue villa desde el reinado de Fernando III (VILLEGAS DÍAZ, L. R., GARCÍA SERRANO, R. 1976).
Hornos, junto con Segura de la Sierra, fue uno de los lugares de proyección de la política de la familia Manrique en el S. XV, enfrentada a los monarcas Juan II y Enrique IV. Los Manrique controlaban gran parte de los recursos de la Orden de Santiago, gracias a los cuales Rodrigo Manrique, desde su posición como comendador de Segura, se proclamó Gran Maestre de la Orden, resistiendo y derrotando a las tropas de Juan II y Don Älvaro de Luna en Hornos

 Como consecuencia de la guerra civíl, en 1468 la localidad se encontraba completamente despoblada .

Continuó formando parte del señorío santiaguista de Segura de la Sierra durante toda la Edad Moderna, perteneciendo al Reino de murcia entre 1507 y 1748. Hasta el S. XIX la población se dedicó a la agricultura de subsistencia, especialmente centrada en el cultivo cerealístico.
La distribución urbanística del casco, cierra todas las posibilidades de expansión en la actualidad, a excepción de la parte Noreste, donde se han construido viviendas de nueva planta.El área que hemos definido de interés arqueológico viene delimitada por las noticias que sobre la remodelación de viviendas hemos tenido, y por el afloramiento de las calizas de base en el resto de la extensión del casco urbano. Esta delimitación está marcada claramente desde la calle Parras, la plaza de la Rueda y hacia el Suroeste por la plazoleta y la calle de San Bartolomé, para cerrar por el Norte, en la puerta de la villa. Hornos se encuentra en estado de erosión total debido al afloramiento de la caliza de base en varios puntos: desde la calle de la iglesia, calle Parras hasta los aledaños del castillo.( Base de datos del Patrimonio Inmueble de Andalucía)