viernes, 28 de septiembre de 2012

Castillo de la Yedra
El primitivo emplazamiento de Torres de Albanchez no coincide con el actual, sino que se localiza en un montículo cercano defendido por el Castillo de la Yedra –ya derruido pero del que se conservan algunos vestigios–, que fue tempranamente conquistado por las tropas cristianas de Fernando III, quien lo cedió en 1235 a la Orden de Santiago.
Este antiguo asentamiento aún conserva restos de muros de mampostería, estructuras defensivas y aljibes, excavados en la misma roca, que fueron edificados en distintas épocas. Posiblemente el origen del mismo pueda relacionarse con el asentamiento de una comunidad hispanovisigoda, que tras abandonar las vegas del río Guadalimar entre los siglos V y VII, se estableció en este punto estratégico de la Sierra de Torres de Albanchez, definido por una orografía muy accidentada que facilitaba su defensa. Tras la conquista musulmana este asentamiento fue utilizado como castillo-refugio por los vecinos de diversas alquerías o aldeas que habitaban las tierras bajas del valle del Guadalimar. No obstante, una vez integrado en el señorío de la Orden de Santiago, entró en crisis, sobre todo al favorecer y potenciar la propia orden el desarrollo y el poblamiento de otro núcleo situado en una zona menos abrupta, el actual Torres de Albanchez, que inmediatamente fue dotado de una sólida fortaleza.
El Castillo de la Yedra fue declarado Bien de Interés Cultural en 1985.